De nueva cuenta, aquí el Tote saludando a la banda rockera. He aquí la reseña de uno de los mejores días de mi vida, así es, lo más cerca que pude estar de un concierto de The Beatles y que mejor que el señor Paul McCartney para deleitarnos con la música de aquel cuarteto que revolucionó la música, además de sus maravillosas canciones como solista.

Hay personas que con el simple hecho de pararse frente a una multitud hacen que ese instante valga la pena, por metafórico que esto suene. Pues no, lo digo de manera literal, ya que el ex-beatle es una de esas personas que pueden mover a la multitud y hacerle creer que el poder de la música tiene todo para salvar a la humanidad.

De entrada Sir Paul McCartney debe ser el ente musical más querido y respetado sobre la faz de la tierra. El Foro Sol se cubrió de una atmósfera mágica, una comunidad… un solo ser compuesto por miles de voces que con la canción “Obladi, oblada” se unió con un abrazo masivo y que representaría quizá aquella utopía de los 60’s que, junto con George John y Ringo añoraban crear. De cierta manera, lo lograron.

La noche era magnífica, la lluvia perdonó a la concurrencia para dar paso a una luna que no quería perderse ni un sólo instante de la magia musical. Sonaron los primeros acordes de “Venus And Mars”, “Rock Show” y luego el clásico beatleriano que prendería a todo el público: “All my loving”.

Como leyenda viviente, Paul McCartney ha pasado por toda la música moderna ya que ciertamente… el fué uno de sus creadores. Era evidente que al margen del tiempo, las decenas de generaciones estaban divididas cuando interpretaba temas desconocidos para los mayores, y temas clásicos desconocidos por los más jóvenes. Sin embargo, por primera vez en mi vida noté que a pesar de ello, todos disfrutaban la música por igual.

Sin embargo, como bien dicen en el radio “hay clásicos que no se olvidan”. Por primera vez en la historia, “Ob-la-di, Ob-la-da” resonó por toda la ciudad de México uniendo a la gente con un mega abrazo. “Paperback Writer” y “Back in the USSR” estremecieron a todos, y sin duda el momento mas alto del show fué durante “Live and Let Die.” Del lado sentimental, que debo confesar cala hasta lo más profundo del alma, estuvimos llorando con “The Long And Winding Road”, “Yesterday”, “Let it be” y “My Love” entre otros.

Que chingón momento, imaginen, en vivo escuchando las canciones Let it Be y Yesterday, enserio que lloré, no era para menos, muchos me diran que pinche cursi mamón, y puede que sí, pero esa emoción que se sentía en ese momento es inexplicable. No fueron chillidos aca de niña de 15 cuando le dicen que debe usar condón, fueron ligeras lágrimas de nostalgia, lo único que pude hacer fue abrazar a mi novia y cantar al parejo de un coro perfecto de 60,000 voces. Luego cuando interpretó “A day in the life” y con una ligera brisa de lluvia, eso estuvo de poca madre, no ma, hasta me emociono ahorita que lo recuerdo.

Paul McCartney… Maestro Paul McCartney, mejor dicho. Su música, su show y su propio carisma y presencia son indescriptibles.

El mejor bajista de toda la historia, el mejor músico vivo sobre la tierra. No hay más.